Mientras los mercados financieros globales siguen siendo agitados por la tormenta económica, un reciente informe revela que la actividad del sector servicios en Estados Unidos experimentó un notable incremento en julio, saliendo de los mínimos de los últimos cuatro años. Este aumento, impulsado por el incremento en los pedidos y el empleo, parece ofrecer un respiro en medio de la creciente inestabilidad bursátil y el temor a una recesión.
El Instituto de Gestión de Suministros (ISM) reportó que su índice de gestores de compras (PMI) no manufacturero subió a 51,4 en julio, en comparación con 48,8 en junio, que había marcado el nivel más bajo desde mayo de 2020. Una lectura por encima de 50 en el PMI indica expansión en el sector servicios, que representa más de dos tercios de la economía estadounidense. El ISM destaca que lecturas repetidas por encima de 49 suelen indicar una expansión económica sostenida.
A pesar de esta señal positiva, los datos gubernamentales de desempleo han generado preocupación. La tasa de desempleo aumentó en julio a un 4,3%, el nivel más alto en casi tres años, frente al 4,1% registrado en junio. Este aumento refleja una desaceleración en el mercado laboral, afectado por las agresivas subas de tasas de interés de la Reserva Federal en 2022 y 2023, que han reducido la demanda.
En cuanto a la política monetaria, la Reserva Federal mantuvo la semana pasada su tasa de interés de referencia en un rango de 5,25% a 5,50%, donde se encuentra desde hace más de un año. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de reducir los costos de endeudamiento en su próxima reunión de septiembre, con los mercados anticipando posibles recortes en noviembre y diciembre.
El índice de nuevos pedidos del ISM se elevó a 52,4 desde 47,3 en junio, mientras que el indicador de empleo en el sector servicios aumentó a 51,1 desde 46,1, sugiriendo que la desaceleración en las nóminas no agrícolas de julio no necesariamente refleja un deterioro en el mercado laboral. Las nóminas no agrícolas crecieron en 114.000 el mes pasado, la segunda menor subida del año.
A pesar de un ligero repunte en la inflación en los servicios, el índice ISM de precios pagados por los servicios subió a 57,0 desde 56,3 en junio, sin alterar la tendencia de disminución de las presiones inflacionarias.
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